REFLEXIONES PSICOANALÍTICAS Y ESTRÉS POSTRAUMÁTICO, A DOS AÑOS DEL SISMO
A dos años del terremoto del 19 de septiembre del 2017, cuando la tierra se movió en la Ciudad de México trayendo consecuencias devastadoras para los habitantes. Todos padecimos la angustia que una situación de catástrofe ocasiona, pero no todos la vivieron con la misma intensidad ni con las mismas consecuencias.
¿A qué nos referimos específicamente cuando hablamos de trauma? ¿Cuáles son las condiciones de su inscripción? Psicoanalíticamente hablando, se define como un exceso de estímulos que el psiquismo no alcanza a elaborar por vías habituales y que en consecuencia produce un impacto desorganizador en la vida psíquica. Freud mencionó que “el trauma es una vivencia que, en breve lapso, aporta un exceso tal en la intensidad del estímulo que su tramitación o finiquitación por las vías normales fracasa, de donde resultan trastornos duraderos para la economía energética”. El Yo, contradiciendo la economía psíquica del principio del placer, se ve en la necesidad de repetir la experiencia a través de pesadillas o acciones, conscientes e inconscientes para dominar la experiencia vivida. Sin embargo, dicha repetición no logra procesar por completo ese conocimiento y termina formándose una conducta compulsiva y diversos síntomas. Finalmente, el Yo cae en un estado de desvalimiento, desamparo y angustia, al que las señales de alerta no logran desvanecer.
Cuando el evento traumático es de tal intensidad es posible que el aparato psíquico de la persona no cuente con los recursos adecuados para elaborar la experiencia trayendo con esto alteración en la viuda emocional, aparecen síntomas como terror, parálisis, ansiedad, síntomas depresivos que traen consigo auto reproches, culpa, reacciones psicosomáticas y aparece lo denominado estrés postraumático.
Lo traumático se presenta bajo las características de que el trauma desencadenante o actual normalmente tienen una doble significación, es decir, el actual y también movilizan traumas del pasado que no fueron resueltos y que en el momento presente hacen que la experiencia se magnifique.
Una de las tareas del psicoanalista en la intervención en crisis será crear un tiempo-espacio de respeto, empatía y contención, abriendo un espacio común para el despliegue de la palabra sin forzarla, solo para que se anuden y desanuden simbolizaciones y significaciones que no han podido insertarse en las cadenas psíquicas que organizan nuevas formas de sentido.
La intervención del analista será la de prestar su yo al servicio del paciente, es decir, presta sus capacidades emocionales e intelectuales al paciente que en ese momento debido a la crisis no puede hacerlo por sí mismo. La relación terapéutica a través de una escucha empática y profunda, por medio de la palabra ayudara al paciente a explorar los significados subjetivos que la persona le asigno o asocio al evento catastrófico, le ayudará a elaborar los traumas del pasado a través de la técnica psicoanalítica.
Es muy importante que las personas con estrés postraumático busquen ayuda ya que los síntomas suelen agravarse y alterar el funcionamiento de la persona.
Ante la tragedia que sacudió a México en 2017, la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM) se solidarizó con los damnificados y conformó la BRIGADA INTERINSTITUCIONAL DE APOYO EMOCIONAL “ESTOY CONTIGO”, en colaboración con la Asociación Psiquiátrica Mexicana, el Consejo Ciudadano y las secretarías de Salud federal y capitalina, a través del Instituto Nacional de Psiquiatría, la Clínica de Especialidades Condesa y el Hospital de las Emociones. La red de atención a personas con crisis emocional y estrés postraumático llegó a atender a más de 19,000 personas y se impartieron 15 sesiones de capacitación.
Dra. Delia M. Hinojosa Amavizca
Dra. Dolores Montilla Bravo.