EN MÉXICO 2.5 MILLONES DE JÓVENES EN DEPRESIÓN
Avanzan los problemas de depresión entre adolescentes y jóvenes; sus dificultades ahora van más allá de la vida real, ahora también provocadas por el ciberacoso a través de las redes sociales mediante agresiones con publicaciones ofensivas o humillantes.
En México, el número de jóvenes entre 12 y 24 años con depresión es de aproximadamente 2.5 millones, y 9.9 de cada 100 mil ha tenido ideas suicidas, afirmaron especialistas de la UNAM.
Estudios realizados por especialistas de la institución detectaron que la ansiedad y la depresión son los principales padecimientos que se enfrentan en esta etapa de la vida, por lo que se les debe poner especial atención.
Ambos trastornos son ya problema de salud pública que afecta con mayor frecuencia a las mujeres.
Los padres de hijos adolescentes deben estar tan pendientes de ellos como lo estuvieron en su infancia porque es un periodo en el que se debe reforzar su salud mental, recomiendan especialistas.
La mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 y en la mayoría de los casos no son detectadas ni tratadas.
A veces los afectados tardan hasta 14 años en recibir atención médica y ese retraso conduce a un futuro incierto.
Una de las estrategias para favorecer la autoestima y resiliencia en los jóvenes es enseñarles desde pequeños a resolver problemas y fomentarles hábitos saludables como hacer ejercicio, alimentarse bien y dormir lo suficiente.
Aunque en la adolescencia se presentan cambios de humor que van de la tristeza al enojo en poco tiempo, una clave para detectar en ellos un problema más serio es que pasen hasta dos semanas deprimidos o muy tristes.
Otros signos de alerta son que presenten problemas en sus relaciones interpersonales, se aíslen, tengan ideas pesimistas y persistentes.
Además, pueden comer o dormir mal, enfrascarse en actividades nocturnas y al día siguiente tener somnolencia o dormir demasiado y comer convulsivamente.
Un adolescente sano siempre querrá estar en grupo y externar sus necesidades, pero está deprimido no lo hará.
En los hombres es más complicado detectar estos problemas, pues para ellos es difícil manifestar sus emociones y cuando piden ayuda la situación puede ser grave.
Sin embargo las instituciones son insuficientes para crear consciencia sobre estos problemas, por lo que es necesario reforzar la prevención, promover la salud mental y atender en familia las necesidades de los jóvenes.