Shopping cart

Subtotal: $4398.00

View cart Checkout

shape
shape

Adicción a dispositivos en menores: aumenta la soledad, ansiedad y depresión

Course Image Course Image

Adicción a dispositivos en menores: aumenta la soledad, ansiedad y depresión

El uso masivo de dispositivos electrónicos, pantallas e internet está detonando casos de ansiedad, depresión y soledad entre niñas, niños y adolescentes. Según especialistas, el consumo desmedido de las herramientas digitales profundiza el aislamiento de las y los menores, desencadenando trastornos y deteriorando su rendimiento académico y social.

Para Graciela Wilson Corral, maestra en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y catedrática de la Universidad Iberoamericana Puebla, el acceso a dispositivos y redes sociales entre infantes y jóvenes es cada vez mayor —y más sencillo—.

Esto se debe a que les permite expresarse de forma instantánea, sin la presión de los encuentros cara a cara. Pese a que esto puede ser atractivo para ellas y ellos, también conlleva riesgos, enfatizó.

Por su parte, Guadalupe Rodríguez Fernández, maestra en Psicología Infantil por el Instituto Miguel de Cervantes y directora de CogniMAS, consideró que el uso excesivo de pantallas y redes sociales puede afectar también su percepción física. Advirtió que es necesario proteger a las infancias, pues, de lo contrario, se deteriorarán sus habilidades sociales, emocionales y cognitivas.

Análogamente, Giovana Gaytán Ceja, psicóloga por la Universidad Anáhuac de Cancún y orientadora en la Ibero Puebla, consideró que la tecnología es parte de la vida actualmente. Precisó que, aunque ofrece diversos beneficios, se vuelve dañina cuando reemplaza la interacción presencial.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2023, un millón 070 mil 079 usuarios de internet en Puebla son menores de edad. Es decir, 24 por ciento de todas las personas que utilizan la web en la entidad.

Dispositivos son regalos incluso en edades tempranas

Según Wilson Corral, los teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas, entre otros dispositivos, son cada vez más asequibles. Inclusive se emplean como regalos a infantes en etapas tempranas. El problema es que el uso desmedido de estos artefactos ya está causando algo que investigadores han catalogado como “adicción al teléfono inteligente”.

Aunado a esto, subrayó que existe una correlación entre la cantidad de horas que un infante pasa frente a la pantalla y su experiencia de soledad. Mientras más tiempo le dedican a sus dispositivos, menor es la interacción con las personas que conforman su entorno.

De acuerdo con la investigadora, este fenómeno se observa inclusive en las escuelas, donde algunos alumnos y alumnas prefieren concentrarse en estos dispositivos en lugar de conversar con otros niños o niñas.

Para la académica, el distanciamiento propiciado por el uso excesivo de teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas es paradójico, pues las y los infantes se acercan “digitalmente a quienes están lejos y, al mismo tiempo, se distancian de quienes tienen cerca”.

Especialistas destacan que existe una correlación entre la cantidad de horas que un infante pasa frente a la pantalla y su experiencia de soledad.

La gravedad de ello es que el aislamiento de infantes y jóvenes interfiere directamente en el desarrollo de habilidades sociales, como la resiliencia, tolerancia a la frustración, convivencia y hasta la gestión del estrés, las cuales se consolidan durante la pubertad.

Hay correlaciones interesantes entre el consumo de internet y la soledad. Hay una correlación positiva entre la adicción al celular y la soledad en niños y adolescentes: mientras más tiempo pasan en el celular, menos pasan con la gente a su alrededor, argumentó.

Afectaciones a la salud física y emocional de infantes y jóvenes

Además de los trastornos de ansiedad y depresión que el uso masivo de dispositivos desencadena en infantes, Wilson Corral subrayó que la calidad del sueño se ve deteriorada.

Según la investigadora, la exposición nocturna a la luz azul de las pantallas simula la luz del día. Esto envía señales al cerebro que retrasan el inicio del descanso.

Esto quiere decir que, cuando un menor duerme menos de seis horas por noche durante al menos tres días consecutivos —fenómeno comúnmente conocido como privación de sueño—, su funcionamiento intelectual se ve comprometido. Asimismo, disminuye el rendimiento escolar, aumenta la irritabilidad, la tristeza y hasta la impulsividad.

Por si esto fuera poco, la privación del sueño exacerba la soledad, lo que agudiza casos de ansiedad y depresión.

Según Wilson Corral, la tendencia actual es que los dispositivos virtuales sustituyan casi en su totalidad la interacción presencial. La especialista advirtió que las niñas y niños, especialmente en edades tempranas, no deben utilizar de forma indiscriminada los teléfonos y tabletas, mucho menos las redes sociales. Esto se debe a que merma sus capacidades de desenvolverse.

Según la experta, históricamente han existido diversos tipos de crianza: autoritario, permisivo y democrático. No obstante, existe un nuevo modelo que se ha proliferado, el de “padres ausentes”. Este consiste en entregar los dispositivos a infantes prácticamente desde etapas tempranas.

Redes sociales impactan en percepción social de jóvenes

Por su parte, Rodríguez Fernández afirmó que hay evidencia científica del vínculo entre el uso excesivo de pantallas y redes sociales con una crisis de salud mental entre jóvenes e infantes.

Cada vez más jóvenes tienen acceso a dispositivos. Hemos visto un aumento en afectaciones de salud mental, como ansiedad y depresión; se ven afectados en su autoestima porque se comparan en redes sociales. También hemos visto adicción a los videojuegos, indicó.


La especialista subrayó que la mayoría de niñas, niños y adolescentes que utilizan indiscriminadamente —y sin supervisión— las redes sociales se exponen a varios riesgos virtuales, como son las comparaciones físicas constantes. Esto, afirmó, daña la autoestima de las y los menores.

En ese sentido, Rodríguez Fernández enfatizó que el problema no es la utilización de los dispositivos, sino más bien su uso continuo y sin regulaciones. Por ese motivo, apuntó que es necesario establecer tiempos máximos de uso de pantalla, activar controles parentales y diseñar espacios libres de dispositivos en momentos como las comidas y la hora de dormir. Además, enfatizó que es necesario retirar los artefactos tecnológicos durante la noche.

Se debe reglamentar y hablar mucho sobre el tema. Si no se hace, habrá problemas en el desarrollo de habilidades sociales, lenguaje, autocontrol, inteligencia emocional y menos capacidad para resolver problemas. Sí habrá afectaciones cognitivas, emocionales y familiares, afirmó.

Según la investigadora, el uso masivo de las herramientas tecnológicas en niñas, niños y adolescentes está aumentando las deficiencias en habilidades sociales, lingüísticas, de autocontrol y de inteligencia emocional entre las infancias.

Es necesario adaptarse sin criminalizar

Sobre esto, Gaytán Ceja destacó que la tecnología se encuentra presente en casi cualquier aspecto de la vida. Y aunque apuntó que ofrece beneficios didácticos y de ocio, su uso se vuelve perjudicial cuando se convierte en la principal fuente de contacto y socialización.

Quienes no nacimos en la era digital podemos verlo de forma no adecuada, pero para ellos ya es una situación normalizada. También hay que adaptarnos al hecho de que la tecnología y su uso seguirán creciendo. Tenemos que encontrar formas de no caer en los extremos, como sería que la socialización solamente ocurra mediante el entorno digital,
expuso.

La investigadora destacó que, para las nuevas generaciones, el uso de estos dispositivos es parte indispensable. Por ese motivo, señaló que lo importante es aprender a gestionarla sin caer en extremos.

“Se vuelve un problema, como cualquier otra situación, cuando caemos en los excesos, cuando se abusa de la tecnología y los dispositivos. No es en sí la tecnología o los dispositivos, sino el uso inadecuado que se les da. En el caso de las y los jóvenes, es el hecho de que pasan mucho tiempo ahí, están conectados todo el tiempo, no socializan con otras personas y su único medio de contacto es mediante internet. Es importante imponer límites”, indicó.

Para finalizar, las investigadoras coincidieron en que la tecnología no debe ser estigmatizada, sino más bien gestionarse con límites por parte de madres, padres y tutores, pues ello forma parte de un proceso fundamental en el desarrollo de la personalidad de las y los niños.


Fuente: El Sol de Puebla

Psicoanálisis, Psicoterapia

Eventos relacionados

Eventos que quizá te interesen