La actriz mexicana Fernanda Castillo regresa a los escenarios con “Anatomía de un suicidio”, una potente puesta en escena escrita por Alice Birch y que explora el dolor, la herencia emocional y la lucha silenciosa de tres generaciones de mujeres marcadas por el suicidio.
Castillo comparte los retos emocionales y escénicos de interpretar este complejo montaje, así como lo que representa para el teatro en México abordar temas sobre la salud mental.
Principalmente, la actriz aseguró que al leer el guion de la producción sintió que era “muy complejo porque es como si tres obras las fusionaras en una, entonces es un ejercicio de equilibrio y de destreza como actor que requiere mucho estar en presente y estar en conexión con tus compañeros”.
A su vez, recalcó cómo desde esta lectura pudo ver que la obra abordaba temas sumamente necesarios, siendo un punto clave, como mencionamos anteriormente, la salud mental, pero sobre todo cómo ésta puede verse desde la perspectiva de la maternidad.
“Alguien me preguntaba si creía que la sociedad mexicana estaba lista para hablar de estos temas. No me importa si estamos listos o no. No podemos esperar a estar listos porque (estos temas) están hoy, están aquí”, hizo hincapié Castillo, agregando el apartado sobre la complejidad mental que atraviesan las mujeres al maternar: “No puede ser que hoy en día hablemos de la maternidad y no tengamos un espacio para que las mujeres, no solo las que sufren depresión o psicosis posparto, puedan hablar de lo que sienten a menos que sea felicidad”.
Para Fernanda Castillo, esta puesta en escena fue una experiencia de transformación actoral, pero también emocional, ya que en esta obra dirigida por Cristian Magaloni, la actriz enfrentó uno de los retos más complejos de su carrera, mantenerse en escucha absoluta de sus compañeras de elenco, en una “dinámica coral” que “exige atención total al ritmo del otro más que al propio”.
“Estar en presente por completo y más en los otros que en uno mismo es un ejercicio muy difícil”, comenta Castillo.
Los retos que implica la puesta en escena de ‘Anatomía de un suicidio’
A Fernanda Castillo le toca representar a una madre en los años sesenta, por lo que “tenía que encontrar cómo con el cuerpo, con la voz, pudiera dejar claro que era otra época sin alejarme de la verdad con la que se cuentan las otras”, explica la actriz.
El desafío para ella “fue construir desde la sutileza y el compromiso, en una obra que exige precisión técnica y honestidad emocional”
Sobre el proceso con Magaloni, Castillo destacó la apertura creativa y su capacidad para formar equipo en torno a una narrativa compleja, comentando que “es un director que te permite colaborar, que crea a los personajes con lo que opinas tú. Como actor, eso está increíble”, afirma, agregando que ya sentía profunda admiración por su trabajo desde el montaje de ‘Indecente’, obra que se centra en una pequeña compañía judía de teatro.
Finalmente, Castillo reconoce la fortuna de compartir escena con actrices como Paulette Hernández, Esmeralda Pimentel, Paula Watson y Diana Sedano, a quienes considera parte de la “realeza del teatro en México”.
El elenco, asegura la actriz, “fue generoso y comprometido en todo momento con entrega”.
“Todo ese esfuerzo se puso en el escenario como corazón abierto para el público”, declara sobre por el proceso y el impacto que espera tenga en quienes presencien la obra en su corta temporada.
“Anatomía de un suicidio” se presenta del 16 de mayo al 22 de junio en el Teatro del Centro Cultural Helénico con funciones de viernes a domingo.
Fuente: Forbes México
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